Es tan hermoso que da miedo.
Da miedo que te quieran de arriba a abajo del norte al centro y del centro al norte, de tu cuerpo.
Y quizá te quieran también por el sur, también te quieran por los pies, de los pies a la cabeza.
Es especial.
Pero no vas a hacer eso, la cabeza fria, las tripas calientes, el centro caliente, visceral, especial. Donde se crian mariposas donde nacen los gusanos de seda, donde nace ese tú y yo.
Donde nace ese nosotros.
Donde nacen las canciones que te hacen llorar y vuelven la cabeza caliente.
Manos frías corazón caliente me dijero alguien alguna vez. Tengo ahora las manos heladas y solo quiero tocar canciones tristes con ellas y las teclas pare que van solas y se derraman por ahí, notas sin sentido, con mucho sentido, con ganas de volar, de recorrer el aire, de gritar de salir corriendo, de echarse al suelo, de sentirle otra vez, de no querer desearle, de romper como un trueno, allí.
Volver a la normalidad al pensamiento visceral, con el centro del cuerpo, volver. Regresar, en todos los sentidos.
Buscando la facilidad y el camino más fácil, pero el subconsciente es traicionero y trae sueños, sueños fríos que queman el cuerpo y arden con toda esta situación.
